Quizás cuando hayan caminado por el campo tras un día de lluvia hayan visto algunas en la superficie húmeda del suelo y a algún mirlo poniéndose las botas con ellas.
Las lombrices son un gran sustento para otros animales como aves, topos, tejones, zorros e, incluso, para algunos grandes insectos. Sin embargo, su importancia no acaba ahí.
Poca gente sabe que este grupo, que normalmente vive escondido en el suelo y que no provoca demasiada simpatía, es en realidad uno de los animales más importantes en nuestro planeta.
Las lombrices de tierra se consideran "ingenieros de los ecosistemas". Con su actividad son capaces de modificar el suelo y crear nuevos hábitats para muchos otros animales.
Mejoran la estructura de los suelos
Veamos algún ejemplo. Al fabricar sus galerías, mejoran las propiedades hídricas y la estructura de los suelos. Al alimentarse de la materia orgánica, la degradan y ayudan a su descomposición por parte de los microorganismos, lo que hace que los nutrientes sean más asimilables para las plantas.
Estas suelen crecer mejor en aquellos suelos donde la comunidad de lombrices está sana y equilibrada, lo que hace que también las cosechas sean mejores donde hay lombrices.
Recientemente hemos publicado un artículo sobre la distribución global de las lombrices de tierra en la revista Science.
El estudio ha sido realizado por 140 investigadores de todo el mundo a partir de datos de casi 7.000 localidades, incluyendo datos ambientales, procedentes de 57 países distintos de todos los continentes excepto la Antártida.
En primer lugar, el estudio demuestra que las lombrices presentan un patrón de distribución totalmente opuesto al que presentan los animales que viven encima del suelo. Su biodiversidad y abundancia es mayor en las zonas templadas que en las zonas tropicales.
Para designar dichos puntos, hasta ahora solo se habían tenido en cuenta a los organismos que viven sobre el suelo y no a los pequeños animales que viven dentro de él.
Es hora de que esas políticas de conservación también incluyan a estos y a otros organismos edáficos para poder conservar, de forma más integrada, la biodiversidad real.
El segundo descubrimiento realizado es que la distribución de las lombrices a nivel global viene determinada por factores climáticos como las precipitaciones y la temperatura. Esto hace que a los autores nos preocupe el efecto que el cambio climático podría tener sobre las poblaciones de estos animales.
Las consecuencias sobre las lombrices son impredecibles, puesto que el cambio climático es un fenómeno que se manifiesta a escala local y, por tanto, su efecto será diferente en cada sitio.
En algunos lugares, como en los suelos permanentemente helados de las estepas, algunas especies de lombrices podrían incluso verse favorecidas.
Sin embargo, la mayoría de las poblaciones podrían verse drásticamente afectadas, lo que puede llevar a su desaparición en algunos lugares o a la sustitución de unas comunidades por otras menos adaptadas.
Queremos llamar la atención a los lectores sobre estos pequeños animales tan desconocidos y, sin embargo, tan importantes para la humanidad. El suelo es aún una gran caja negra por estudiar cuya biodiversidad e importancia son cruciales en los ecosistemas.
Esperamos que la gente sea más consciente de su importancia y tenga una visión distinta de este pequeño gran mundo que habita bajo nuestros pies.
Fuente: BBC News
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