Dentro de la variada gama de lepidópteros nocturnos que nos visitan, los esfíngidos (familia Sphingidae), están entre los más espectaculares, por su forma y tamaño. Esta familia reúne cerca de 1.500 especies en todo el mundo, concentrándose la mayor diversidad en las áreas tropicales.
Estas polillas se caracterizan por tener un cuerpo fusiforme robusto, ojos prominentes, alas anteriores estrechas y aguzadas, y alas posteriores más cortas. El vuelo es generalmente rápido y pueden permanecer suspendidas en el aire para alimentarse del néctar de diversas flores, usando su larga probóscide (espiritrompa).
Debido a este comportamiento, también reciben el nombre de picaflores nocturnos. Cuando están en reposo, las alas suelen mantenerse planas y dirigidas hacia atrás. Muchas especies son crepusculares o nocturnas, pero se ha observado que algunas también se alimentan de día. Unas pocas especies son exclusivamente diurnas.
Las larvas de los esfíngidos son grandes y robustas, pero inofensivas; generalmente carecen de pelos o tubérculos y tienen tres pares de patas torácicas y cinco pares de falsas patas o espuripedios en el abdomen. La mayoría de las especies presentan un apéndice dorsal con forma de cuerno, ubicado en el extremo posterior del cuerpo, sobre el octavo segmento abdominal. Esta estructura sólo es disuasiva, pues la oruga es incapaz de pinchar o inocular veneno con ella. En muchas especies, las larvas se alimentan de hojas tiernas de plantas tóxicas como solanáceas y euforbiáceas.
Fuente: Extracto texto articulo Fuente: Museo Nacional de Historia Natural de Chile
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