Nidos de avispa asiática o Vespa velutina, un insecto himenóptero de gran tamaño que diezma las poblaciones locales de abeja, fueron detectados y destruidos el año pasado en cinco nuevas comarcas catalanas (Cerdanya, Berguedà, Bages, Vallès Oriental y Maresme), lo que se suma a las siete en las que ya había documentado en años previos, según datos recogidos por el Servicio de Fauna y Flora de la Generalitat (Departament de Territori i Sostenibilitat).
La avispa ya está muy consolida en el norte de España. En el País Vasco y Galicia, por ejemplo, se eliminaron durante el año 2015 más de 4.000 nidos.
En Catalunya, la presencia de la molesta especie se ha multiplicado exponencialmente desde las primeras detecciones en el Alt Empordà en el 2014. El año pasado se localizaron 370 nidos, un 68% más que los 116 del 2016. Además, recuerda Territori, se estima que solo se detectan un 10% de los nidos existentes.
Estos datos, según los técnicos, confirman que esta especie invasora "se encuentra ya plenamente instalada en Catalunya". Las comarcas que sufren más afectaciones en el sector de la apicultura son Alt Empordà, Garrotxa, Selva, Pla de l'Estany y Gironès, mientras que en el Ripollès y el Baix Empordà la especie genera más molestias en construcciones y viviendas.
No llega a Tarragona
La expansión de la avispa se ha frenado en las comarcas meridionales de Catalunya y es inexistente su presencia en Tarragona, a consecuencia del clima mediterráneo más seco.
La principal estrategia de lucha consiste en eliminar los nidos y en la captura de las abejas reinas cuando salen de la hibernación
"Aunque su presencia no se puede eliminar, la Generalitat ha elaborado un protocolo de actuación para la vigilancia y el control de las poblaciones, en colaboración con los apicultores", explica Territori. Consiste principalmente en la eliminación de nidos y en la captura de abejas reinas cuando salen de la hibernación, generalmente a partir de finales de febrero, con el aumento de temperaturas, y mediante trampas.
En caso de peligro para las personas, los agentes rurales son los encargados de la destrucción de los nidos. También se trabaja conjuntamente con ayuntamientos, diputaciones y consells comarcals en una estrategia común en la lucha contra este insecto.
Llegada a Europa
La avispa asiática es una especie invasora originaria de China, el norte de la India e Indonesia. Se introdujo a finales del 2004 en Francia, y posteriormente se ha ido extendiendo a una velocidad estimada de 100 kilómetros por año.
La Vespa velutina instala sus nidos, preferentemente, en las ramas altas de los árboles, tanto en las zonas urbanas como agrícolas o boscosas. Aprovecha los valles fluviales y evita las poblaciones puras de coníferas. Los adultos se alimentan de líquidos dulces (néctar y miel) y también de fruta madura, mientras que las larvas se alimentan de abejas y de otros tipos de insectos que son capturados por los adultos y transportados a los nidos. "Por ello -concluye Territori-, su presencia influye en el sector de la apicultura, aunque no sea una especie especialmente agresiva contra las personas".
"Aunque su presencia no se puede eliminar, la Generalitat ha elaborado un protocolo de actuación para la vigilancia y el control de las poblaciones, en colaboración con los apicultores", explica Territori. Consiste principalmente en la eliminación de nidos y en la captura de abejas reinas cuando salen de la hibernación, generalmente a partir de finales de febrero, con el aumento de temperaturas, y mediante trampas.
Llegada a Europa
La avispa asiática es una especie invasora originaria de China, el norte de la India e Indonesia. Se introdujo a finales del 2004 en Francia, y posteriormente se ha ido extendiendo a una velocidad estimada de 100 kilómetros por año.
La Vespa velutina instala sus nidos, preferentemente, en las ramas altas de los árboles, tanto en las zonas urbanas como agrícolas o boscosas. Aprovecha los valles fluviales y evita las poblaciones puras de coníferas. Los adultos se alimentan de líquidos dulces (néctar y miel) y también de fruta madura, mientras que las larvas se alimentan de abejas y de otros tipos de insectos que son capturados por los adultos y transportados a los nidos. "Por ello -concluye Territori-, su presencia influye en el sector de la apicultura, aunque no sea una especie especialmente agresiva contra las personas".
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