La edad de los chavales en éste nivel nos permite estendernos y ahondar más si cabe en la importancia de la abeja cómo agente polinizador y el perjuicio que supondría su extinción.
Los primeros minutos del taller son de expectación, pero al rato ya ha picado el aguijón de la curiosidad.
Y la curiosidad que despierta el mundo de la abeja es igual en grandes y pequeños.
Éste alumno mostraba tanto interés que se convirtió en apicultor por un rato.
Y disfrutó mostrando a sus compañeros lo que escondía la colmena.
Admiración ante las construcciones que realizan las abejas.
Otra guapa voluntaria apicultora mostrando un cuadro con cera.
Gracias a los ayundantes que se prestan voluntarios, les enseñamos como y con que herramientas trabajan los apicultores.
Muchas gracias al centro que nos abrió sus puertas y en especial a Rosario Moreno, coordinadora de mediambient por permitirnos impartir el taller a sus alumnos.
¡Gracias a todos los que participaron!
No hay comentarios:
Publicar un comentario