Sigue avanzando la primavera y las temperaturas aumentan, los emjambres que se han ido recogiendo van saliendo adelante.
En junio la colonia de abejas llega a su máximo desarrollo de población, las colonias que han enjambrado, tendrán todo el verano para reponerse de la perdida de abejas y miel.
Las jóvenes reinas salen nerviosas de las celdas reales, como si adivinaran que un duelo a muerte es eminente. De todas las reinas nacidas, solo una puede quedar con vida, que será la reina suprema de toda la colmena. La primera selección la hacen las propias abejas obreras, las reinas que salen defectuosas o poco vigorosas son rápidamente eliminadas. Las mejores reinas entablan la lucha sobre los panales, solo la más fuerte y ágil conseguirá ganar los sucesivos duelos.
Una vez concluida la selección de reinas, la vencedora, se torna más tranquila y se dedica a extender sus feromonas por la colonia para controlar a las abejas obreras, que también están nerviosas después de perder su vieja reina. La nueva reina, después de 3 ó 4 días de descanso en el interior de la colmena, se decide a salir al aire libre, será la primera y última vez que sale de la colmena. Después de probar y desentumecer sus alas, en un día cálido y soleado inicia un vuelo en hélice, al principio lentamente, después con giros cada vez mayores y más rápidos.
Los zánganos vuelan a millares por encima de la colmenas, cubriendo un círculo de centenares de metros de diámetro.
EL VUELO NUPCIAL
Inmediatamente el
zángano deposita un tapón mucoso para impedir que el semen salga
de la vagina. La hembra fuerza a los espermatozoides mediante
contracciones musculares hasta la espermateca donde permanecerán
durante el resto de la vida de la hembra. El apareamiento dura unos
pocos segundos y posteriormente se separan, produciéndose el
desprendimiento del aparato genital del macho, que arranca parte de
sus vísceras, por lo que el macho muere. Los machos pueden producir
un volumen de semen de 1mm cúbico (de 5 a 10 millones de
espermatozoides). El apareamiento de la reina puede no ser único,
sucediéndose nuevos apareamientos en el aire con un ritmo de 10
apareamientos en 10 minutos siempre que la cámara del aguijón esté
abierta. La reina fecundada tarda unos 20 o 30 minutos en regresar a
la colmena.
Cada año, en estos meses, denotan
su presencia por un intenso zumbido, comparable al de un enjambre
dispersado.Las colonias dejan de criar con tanta intensidad, unas por no tener reina, las otras, ya llegaron al máximo de desarrollo y ahora se dedican a recoger miel y guardarla en las alzas melarias.
EL CAMPO
La sequía continúa implacable, los campos se tornan dorados y así continuarán hasta bien entrado el otoño.
En junio, literalmente hueles el verano, los días son largos y hay luz para hacer miles de cosas durante el día. El huerto en junio no es muy diferente y da gusto levantarse en mañanas que todavía se muestran frescas para hacer lo más duro del huerto a la espera de que llegue la mitad del día, donde el sol nos castiga un poco más.
El riego es lo que tenemos que empezar ha tener en mente a partir de este mes. Las frecuencias de riego deben empezar a aumentar a la par que las temperaturas.
EL APICULTOR
Se sigue con la colocación de alzas según evolucionan las colmenas. Revisar núcleos o colmenas, reforzarlas con alimento si lo necesitan. Vigilar la ventilación y que no falte agua en el colmenar.
Calendario
Apicola (Nofre Mir Ribas)
Ha llegado el momento de sacar el
provecho de todo el trabajo realizado hasta ahora, aun así
quedan
otros trabajos interesantes a comentar.
otros trabajos interesantes a comentar.
La colocación de la rejilla excluidora, se puede hacer en el momento de la primera cosecha de miel, en la cual sólo se sacan algunos cuadros de miel, esta operación sirve para dar espacio y poder recoger más miel, en caso de que las floraciones sean productivas, esta extracción temprana sirve también para frenar la enjambrazón que todavía podría darse. La utilización de rejilla excluidora es conveniente cuando se usan colmenas del tipo Langstroth, puesto que la reina tiene tendencia a subir al alza para poner, cosa muy molesta a la hora de sacar la miel, si se usan medias alzas (hay de varias alturas) al ser más bajas la reina sube a poner, pero baja con la gran mielada.
Para poner la rejilla excluidora
tenemos que actuar de forma que la reina nos quede abajo, podemos
hacerlo de la forma siguiente:
- Destapamos la colmena y damos mucho humo, muchas de las abejas se van para abajo, pero para asegurar la bajada de la reina, es más seguro sacar los cuadros uno por uno, sacudir las abejas y ponerlos unos a tierra y los otros al cajón de sacar miel, según contenga sólo miel o miel y cría.
- Cuando estemos seguros de la situación de la reina en la cámara de cría, pondremos la rejilla
excluidora y encima la cámara de miel con los cuadros que contenían cría, los de miel serán llevados al taller de extracción y devueltos vacíos por la tarde.
- Pasados 21 días, podemos volver a sacar la miel que habíamos dejado y la que hayan podido recolectar más, toda ella sin cría.
La colocación de la rejilla se puede hacer también en el momento de poner el alza, pero en este caso, durante toda la floración las abejas tienen este “obstáculo” a la hora de subir el néctar.
La recolección de la miel de
primavera, que es de un color claro dorado, se puede empezar en la
primera quincena de una manera selectiva, tal como hemos explicado en
el párrafo anterior. Pero cuando la floración toca su final,
podemos hacer una sacada total y actuaremos de esta
forma:
Empezaremos a primera hora del día, para evitar el calor de las horas centrales.
- Pondremos uno de los cajones de sacar miel o una alza con su tapa dentro de la
carreta y nos acercaremos a la primera colmena.
- Daremos un poco de humo a la entrada y posteriormente quitaremos la tapa y levantaremos
de un lado el entretapa para dar abundante humo en el interior.
- Destaparemos completamente y daremos un poco más de humo al lado que queremos empezar a sacar cuadros.
- Sacaremos un cuadro haciendo palanca con las pinzas de apicultor y retiraremos las abejas con el cepillo de apicultor.
- Pondremos el cuadro dentro del cajón de sacar miel y lo taparemos.
- Seguiremos sacando los cuadros que contengan miel operculada en más de un 75% (sobre todo en otoño), para evitar problemas de fermentación.
- Sacados los cuadros, taparemos la colmena tal como estaba y le pondremos una señal (un
brote) encima para saber que le tenemos que devolver los cuadros.
- Pasaremos a otra colmena y actuaremos del mismo modo. De vez en cuando es conveniente pasar por agua el cepillo para quitarle la miel que queda pegada.
- Cuando tengamos el cajón completo lo llevaremos al vehículo que quedará cerrado para evitar
la entrada en masa de abejas atraídas por la miel.
- Una vez completo el vehículo partiremos lentamente con puertas, ventanas abiertas para que las abejas que han quedado dentro de los cajones puedan salir y volver a casa.
- Una vez en el taller de extracción iremos sacando los cuadros y los pondremos en el banco de desopercular.
- La desoperculación se puede hacer de varias maneras, con la utilización de máquinas y cuchillos eléctricos, pero la forma más habitual es con un cuchillo especial que se sumerge en agua caliente o con unos tenedores a propósito de puntas muy afiladas.
- Los cuadros desoperculados, son pasados al centrifugador que una vez completo se hace girar manualmente o con un motor eléctrico.
- Para evitar vibraciones, conviene equilibrar los peso de los cuadros opuestos o paralelos.
Si el centrifugador es tangencial, conviene sacar parcial y lentamente la miel de la primera cara del cuadro, así se evita romper la cera.
- Después se giran los cuadros y se saca la miel de la segunda cara, ahora ya si totalmente.
- Se vuelven girar los cuadros y se centrifuga definitivamente la primera cara.
- La miel centrifugada sale por un grifo y cae dentro de un cubo.
- El cubo lleno se vierte dentro de un colador de miel de menos de un milímetro de acero inoxidable, por cuestiones de salud e higiene y cae dentro de un bidón, también de acero inoxidable con grifo.
- Por la tarde, para evitar el pillaje, los cuadros vacíos de miel son devueltos a las colmenas. Esta operación se tiene que realizar con la mayor rapidez puesto que irrita mucho a las abejas.
- Pasado un tiempo, el más posible si la temperatura es baja (otoño), se saca la miel por el grifo y se deja caer dentro de un filtro de manga que elimina todas las pequeñas partículas que habían quedado y pasa a un decantador inoxidable.
- Pasados unos días dentro del decantador, la miel puede ser envasada en botes de vidrio herméticos.
Empezaremos a primera hora del día, para evitar el calor de las horas centrales.
- Pondremos uno de los cajones de sacar miel o una alza con su tapa dentro de la
carreta y nos acercaremos a la primera colmena.
- Daremos un poco de humo a la entrada y posteriormente quitaremos la tapa y levantaremos
de un lado el entretapa para dar abundante humo en el interior.
- Destaparemos completamente y daremos un poco más de humo al lado que queremos empezar a sacar cuadros.
- Sacaremos un cuadro haciendo palanca con las pinzas de apicultor y retiraremos las abejas con el cepillo de apicultor.
- Pondremos el cuadro dentro del cajón de sacar miel y lo taparemos.
- Seguiremos sacando los cuadros que contengan miel operculada en más de un 75% (sobre todo en otoño), para evitar problemas de fermentación.
- Sacados los cuadros, taparemos la colmena tal como estaba y le pondremos una señal (un
brote) encima para saber que le tenemos que devolver los cuadros.
- Pasaremos a otra colmena y actuaremos del mismo modo. De vez en cuando es conveniente pasar por agua el cepillo para quitarle la miel que queda pegada.
- Cuando tengamos el cajón completo lo llevaremos al vehículo que quedará cerrado para evitar
la entrada en masa de abejas atraídas por la miel.
- Una vez completo el vehículo partiremos lentamente con puertas, ventanas abiertas para que las abejas que han quedado dentro de los cajones puedan salir y volver a casa.
- Una vez en el taller de extracción iremos sacando los cuadros y los pondremos en el banco de desopercular.
- La desoperculación se puede hacer de varias maneras, con la utilización de máquinas y cuchillos eléctricos, pero la forma más habitual es con un cuchillo especial que se sumerge en agua caliente o con unos tenedores a propósito de puntas muy afiladas.
- Los cuadros desoperculados, son pasados al centrifugador que una vez completo se hace girar manualmente o con un motor eléctrico.
- Para evitar vibraciones, conviene equilibrar los peso de los cuadros opuestos o paralelos.
Si el centrifugador es tangencial, conviene sacar parcial y lentamente la miel de la primera cara del cuadro, así se evita romper la cera.
- Después se giran los cuadros y se saca la miel de la segunda cara, ahora ya si totalmente.
- Se vuelven girar los cuadros y se centrifuga definitivamente la primera cara.
- La miel centrifugada sale por un grifo y cae dentro de un cubo.
- El cubo lleno se vierte dentro de un colador de miel de menos de un milímetro de acero inoxidable, por cuestiones de salud e higiene y cae dentro de un bidón, también de acero inoxidable con grifo.
- Por la tarde, para evitar el pillaje, los cuadros vacíos de miel son devueltos a las colmenas. Esta operación se tiene que realizar con la mayor rapidez puesto que irrita mucho a las abejas.
- Pasado un tiempo, el más posible si la temperatura es baja (otoño), se saca la miel por el grifo y se deja caer dentro de un filtro de manga que elimina todas las pequeñas partículas que habían quedado y pasa a un decantador inoxidable.
- Pasados unos días dentro del decantador, la miel puede ser envasada en botes de vidrio herméticos.
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