El mayor problema que causaría la desaparición de los polinizadores y en especial de las abejas, es el que no se lleve a cabo la polinización.
La polinización es la transferencia del polen del estambre (parte masculina de la flor) al estigma (parte femenina) donde germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de semillas y frutos.
Esta transferencia se realiza de distintas maneras, unas pueden ser con ayuda del viento, polonización ANEMÓFILA, otra por el agua, HIDRÓFILA, otra con ayuda de los animales ZOÓFILA y dentro de ésta última existe la que nos preocupa especialmente a nosotros, que es la ENTOMÓFILA, así se denomina al proceso de polinización de una flor por los insectos. La coevolución de las flores y los insectos ha provocado una adaptación morfológica de las flores y sus polinizadores.
La abeja es el mayor polinizador del planeta y esto se debe a que ha evolucionado junto a la flor y han creado entre ellos un intercambio de favores. Esto se llama mutualismo, todo un ejemplo de colaboración entre diferentes especies.
Así
que la flor, que necesita ayuda para su polinización, ofrece a la
abeja un dulce regalo, segrega una sustancia llamada néctar, para
así provocar la visita de la abeja. Este néctar es el alimento base
de las abejas con el que crea la miel, es una sustancia muy rica en
azucares. Cuando la abeja se posa sobre la flor, el movimiento y el
roce que provoca en ella hace que el polen contenido en los estambres
se esparza y se pege al cuerpo de la abeja, ésta se impregna de
polen y de esta forma, la abeja que va recolectando néctar de flor
en flor, va repartiendo el polen que tiene adosado en su cuerpo por
las flores ayudando de esta forma a la polinización.
Además las abejas necesitan el polen para alimentar a sus crías. El
néctar y el polen son los alimentos de las abejas, son sus fuentes
de carbohidratos y proteínas respectivamente.
¿Pero porqué la abeja es el mejor polinizador? Debido a su
numerosa población y a su fidelidad floral. Las abejas se
especilizan en una fuente de néctar de la misma especie y no la
abandonan hasta terminarla, esto hace que la polinzación sea muy
eficiente. Una sola abeja puede visitar hasta 1.000 flores por día.Dos tercios de los alimentos que comemos habitualmente se polinizan gracias a las abejas.
Sin
la polinización de las abejas y otros insectos no tendríamos más
de una tercera parte de las frutas y verduras que consumimos y 9 de
cada 10 plantas silvestres a nivel mundial.
Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre, depende en gran medida de ellas.
Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre, depende en gran medida de ellas.
Incluso el algodón que confecciona nuestra ropa es polinizado por las abejas |
Además, sin la polinización se produciría un desequilibrio en la cadena trófica.
Las redes tróficas corresponden a la representación de varias cadenas, que se interconectan en diferentes niveles alimenticios.
A simple vista, el hecho de que las abejas estén desapareciendo
puede parecer un tanto irrelevante, y este punto de vista sólo se podría
deber al desconocimiento, ya que las abejas constituyen una parte
fundamental del engranaje de la vida. Si las abejas desaparecen, las
plantas no podrían ser polinizadas y por lo tanto, no podrían
reproducirse, con lo cual terminarían extinguiéndose. Obviamente, los
animales herbívoros desaparecerían al quedarse sin alimentos y por
consiguiente, los carnívoros también lo harían.
Aunque lo más importante es, que las plantas absorben dióxido de carbono y generan oxígeno. Y la gracia de todo esto es que, aparte de comernos el maravilloso manjar que supone la miel de las abejas, también comemos plantas y animales, e incluso hasta respiramos. Haber como nos las arreglaríamos sin comida y sin oxígeno…
Aunque lo más importante es, que las plantas absorben dióxido de carbono y generan oxígeno. Y la gracia de todo esto es que, aparte de comernos el maravilloso manjar que supone la miel de las abejas, también comemos plantas y animales, e incluso hasta respiramos. Haber como nos las arreglaríamos sin comida y sin oxígeno…
Por no hablar del impacto ecónomico que supone, quizá ésto sea un punto a favor del cambio, ya que en la sociedad en la que vivimos, si algo nos moviliza es que nos toquen el bolsillo.
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